La biblioteca personal: Una colección de las memorias más sutiles y delicadas de nuestra infancia

La biblioteca personal: Una colección de las memorias más sutiles y delicadas de nuestra infancia

Todos recordamos libros de nuestra infancia. Páginas de historias e ilustraciones que quedaron grabadas en nuestro corazón.

Suele suceder que los cuentos o libros de nuestra niñez se guardan en las casas de nuestros padres, abuelos... Y suele suceder, también, que los buscamos cuando nos convertimos en madres y padres.

Y es que compartir nuestras memorias de infancia, a través de los cuentos que la conformaron, con nuestros propios hijos, es un deseo que nace del amor profundo, del alma.

Porque un cuento es mucho más que un objeto para un niño. Un cuento es el pasaporte para viajar a un lugar mágico, de la mano del adulto que le está acompañando. Y en esta vivencia, en este viaje, vive sensaciones y emociones que le permiten ensanchar su interior.

Es por este motivo que ahora, años después, oliendo solamente las hojas de un libro, nuestro cuerpo más sutil ya viaja a ese lugar mágico al que fuimos tantas veces. ¡Cuántos recuerdos! ¡La voz de mamá, de papá, de la abuela! Podemos, incluso, recordar perfectamente los detalles del lugar o habitación en la que nos solían contar esa historia.

Los detalles desde la mirada de un niño, la importancia de lo pequeño que se hace grande cuando los años pasan. La comprensión de la infancia cuando nos recordamos niños. Pura magia. 

La biblioteca personal es, como lo es también un libro en sí mismo, mucho más de lo que la palabra nos indica.

Una biblioteca personal es una colección de cuentos, libros, publicaciones periódicas, obras de referencia... Pero también es una colección de los personajes de la literatura que nos influenciaron profundamente, del olor a la comida recién hecha del abuelo, de la sensación de seguridad cuando apoyábamos la cabeza sobre el pecho de mamá y nos regalaba un tiempo de lectura en voz alta. Es, por tanto, una colección de las memorias más sutiles y delicadas. Un tesoro.

La invitación que hoy os lanzamos con cariño es la de empezar a crear la biblioteca personal de vuestros hijos, en casa.

 

Crearla con ellos sabiendo que, en realidad, lo que estamos haciendo es ordenar y cuidar los recuerdos de cada día que pasa, de cada vivencia y de cada etapa. Ayudarles a cuidar su historia, a la vez que cuidamos los libros y cuentos que les acompañan.

 

Los seis años, un buen momento para empezar:

 

Los 6 años son, para los seres humanos, un momento clave para el desarrollo de la voluntad.

Conforman una etapa en la que las acciones, cada vez más, tienen un propósito.

El niño ya no se mueve sólo por el instinto o por la fantasía, sino que ahora aparece la voluntad de llevar a cabo una acción en el mundo exterior, con un propósito.

 

La acción se eleva por encima de la fantasía y surge la voluntad ligada a un propósito.

 

Solo cuando el niño ha llegado al punto de fijarse un objetivo, por sí mismo, fruto del desarrollo de la voluntad, ha adquirido la madurez necesaria para el aprendizaje escolar.

¡Ahora tiene todo lo que necesita para que el aprendizaje se haga posible!

 

¿Y cuál puede ser mejor momento, entonces, para empezar a crear su biblioteca personal?

 

Un espacio en el hogar donde empezar a escoger los libros infantiles que, por intereses propios, le gusten y puedan emocionar más. 

Una oportunidad para remirar los libros que tenemos y organizarlos, y para seguir haciendo grande la biblioteca del hogar juntos.

Si vives en Catalunya, además, es importante que sepas que del 15 de octubre al 30 de noviembre está en marcha la Campaña de la Generalitat Fas 6 anys. Tria un llibre.

 

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